Un viaje por el desierto

Debió pasar un tiempo antes de retomar su viaje como cicloturista en su país, pero esta vez desde la capital Santiago hasta el poblado mas al norte de Chile, limitando con la frontera de Perú. La localidad de Putre era la meta final y si las fuerzas lo acompañaban, llegar a la triple frontera entre Chile, Perú y Bolivia, a la comuna de Visviri, el lo alto de la cordillera de Los Andes.
Fue todo un desafió de fortaleza mental el emprender un viaje de casi 2.500 kilometros, y en ese trayecto, cruzar el desierto mas seco del mundo. Habiendo ya recorrido la zona centro sur y austral de Chile, Esteban Marchant Mecato nunca dudó de sus capacidades, su deseo de conocer su país, pero de forma mas vívida en las diferentes rutas que visitaría a lo largo y ancho del norte de Chile; salió de casa lleno de ilusión y dichoso de saber que podría concretar un sueño de su juventud. Entre mas avanzaba al norte, pudo contemplar como el paisaje se volvía mas árido. Así también, aceptar con los días que cada vez eran menos las localidades donde conseguir agua, pero jamás faltó ese vital recurso en su viaje. En cada lugar donde lo solicitó, siempre compartieron con él eso que tenía claro que era lo único que no podía faltar en su viaje por el desierto. Cada persona que conoció en su viaje le permitió confirmar que muchas personas veían en el un sueño de muchos, el de viajar libremente sin fecha de retorno.
Durmió placenteramente bajo cielos estrellados que cada vez menos personas pueden disfrutar al vivir en grandes ciudades con gran contaminación lumínica, acompañado del mas absoluto silencio, solo interrumpido por ráfagas de vientos que recorren las grandes planicies carentes de toda vida.
